lunes, 8 de abril de 2019

Conoce el Ambiente


El presente
Una noche mucho tiempo después del hecho jugábamos Dominó, la jugada era evidente, sacrifiqué mi doble tres y cuadré con el cuatro tres para la capicúa; los ojos de mi frente brillaron de satisfacción y antes de colocar la ficha, le preguntó al perdedor con voz grave: - “¿Conoce el ambiente?”, la risas de la capicúa se hicieron presentes y seguía la próxima ronda de cerveza; alguien preguntó, ¿qué es eso de…“Conoce el ambiente”?
Los que sabíamos la historia recordamos al Socio y brindamos entre risas, ¡Que viva el Socio!

Después del hecho
Mi abuelo era un hombre del siglo antepasado, a sus más de ochenta, luchaba por conservar la virilidad que caracterizaba a un hombre de su tiempo; madrugador, recto, de habla pausada y carácter recio, las veces que se le vio sonreír fueron pocas, respetuoso de todos y siempre con su puñal discretamente terciado en su cintura, de pañuelo en bolsillo, sombrero, perfumado con sándalo y rostro sin barba; visitaba a sus hijas de la capital cuando muy a su pesar tenía que ser revisado por un médico a insistencia de ellas.

En una de esas visitas, coincidió con el hecho que relato más adelante, la conversación con el abuelo de forma muy breve fue la siguiente.
¿Y usted no llamó a la policía? No Papá, ya esa gente tiene un espacio,
-¿Y usted entró a ese sitio?, No papá, nos fuimos.
¿Y como fue que le preguntaron?, Que si conocía el ambiente, que era un ambiente Gay.
¿Ambiente Gay, que es eso?, los Gay son los hombres que les gustan los hombres.
¿Ah, como los maricones?, Si Papá.
¿Y usted conoce el ambiente?, No Papá
-Bueno, no conozca ese ambiente; mientras me miraba seriamente.





El hecho y El Socio
El Socio, era un hombre común, de esos que viven como la canción Las Cuarentas de Rolando la Serie, así que le daba igual andar con sus contemporáneos como con mozalbetes; la noche empezó normal y fue tomando un matiz más bohemio con el pasar de las horas, los cuatros jóvenes esperábamos al  Socio que nos llevaría en su Chevrolet Cavalier a dar una vuelta por algunos sitios de la ciudad.
Primero una parada en la casa del compadre del Socio, un músico bebedor amante de la bachata, yo no pasaba de Merengue, pero luego de un par de tragos y las caderas sensuales de las mulatas que encontramos en la casa del amigo, debuté con mis primeros pasos al compás de la canción Calumnias Odio y Rencor, los vítores no indicaban que era un buen bailador, solo dejaban en evidencia mi desinhibición producto del Brugal antes de la hora de la cena, tres bachatas más y el Socio se vio forzado a cumplir su compromiso de darle una vuelta a los muchachos, nos marchamos de la casa del amigo cada uno con un par de tragos en la cabeza y empezamos la aventura.

La ciudad de Santo Domingo tiene muchos secretos pero no es tan discreta como para esconder lugares que solo se mencionan pasada ciertas horas de la noche, El Socio no tenía una ruta determinada así que para ir entonando compramos cada uno una cerveza incluida la del Socio que iba manejando, con cerveza en mano el Socio aceleró el Chevrolet por la calle Maria Montéz con dirección al Borinquén o mejor conocido como Herminia en Villas Agrícolas; Antes de bajarnos del Chevrolet el Socio dijo, -- Nadie hable; no fue necesaria la discreción para sobornar el portero y darnos acceso a muchachos sin cedula al submundo que sabíamos que existía pero que desconocíamos totalmente.

Ya dentro de lugar un personaje llamado Papito Timbal tocaba en la tarima, mirábamos al Socio con interrogantes que decían que si eso era Herminia, un hombre tocando timbales, sabíamos que había algo más y Papito Timbal aunque afanosamente golpeaba con los palitos los timbales no cumplía las expectativas de lo que se escuchaba pasaba en esos lugares, luego del número de Papito Timbal, salió al escenario un señor con un huacal de refrescos en la cabeza haciendo malabares y llegó a nuestra mesa el famoso servicio que no era más que la provisión de alcohol al triple del precio y consistía en un Pitufo nombre popular del Barceló Premium Ligth con el lebrillo pequeñito con cubos de hielo y dos Coca Cola, luego el centelleo de las luces y el aviso de que Flor de primavera subiría a la pista, aplausos de los borrachos de las otras mesas y las hormonas de nosotros excitadas por el alcohol y sabiendo que veríamos una mujer desnuda bailar, las luces bajaron intensidad y un reflector de luz dibujaba un circulo de luz roja en el centro de la pista, Flor de Primavera salió al escenario con rostro de cera carente de toda expresión, pareciera que había dejado su alma en otro lugar, su cuerpo se movía mecánicamente en el centro del circulo de luz ante los borrachos que vociferaban, Flor de Primavera bailaba y no reía, sé que mirábamos sus pechos, pero también su cara, luego mirábamos a los borrachos y luego nos mirábamos entre nosotros, Flor de Primavera seguía bailando, luego de muchos golpes de barriga tiró su sostén al suelo junto con su dignidad y después de los aplausos lo recogió y se fue para dar paso a otras como ella, mientras intentábamos entender con tragos lo que habíamos presenciado, contrariando al Socio lo convencimos y nos marcharnos del lugar para no seguir siendo testigos de cómo la vida le juega cruelmente a algunos.


La ruta del Socio era un poco atípica, nos condujo a la Vieja Habana en Villa Mella, Son y Bachata, Chicharrón y más cervezas se mezclaban peligrosamente en nuestro torrente sanguíneo, las horas pasaban y el Socio quería demostrar que conocía todos los rincones de la cuidad, no duramos mucho en la Vieja Habana, la elegancia del baile de Son intimida al inexperto y no estaba en los planes quedarnos mirando la noche entera, la opción, retirarnos y retornamos a la parte baja, el Chevrolet se balanceaba por las avenidas hasta llegar a Villa Consuelo, no nos imaginábamos que  en el foro del parque de Villa Consuelo, casi frente a la Iglesia estaría el Bonsua otro antro igual que Herminia pero de menor nivel, el portero nos revisó para confirmar si estábamos armados y con toda la naturalidad le dio paso a la trulla, al parecer la edad no era impedimento para acceder a esos lugares, de mejor aspecto en su interior el espectáculo de Herminia se repitió con otro nombre dentro del Bonsua, otra mujer de rostro de cera y cuerpo si alma hacia los mismos movimientos que Flor de Primavera hizo en Herminia y no queríamos más de lo mismo, así que nuevamente sacamos al Socio del lugar y nos marchamos.

Sin rumbo y ya avistando la madrugada, empezamos a deambular por cada bar, cada discoteca, en su mayoría todos estaban cerrando, todos despedían la noche y ya estaban hartos de borrachos con bolsillos vacíos, el último lugar al que llegamos no pasamos de la puerta, aquí se inicia el origen de la pregunta previo a tantas capicúas, el portero del lugar al momento de yo intentar entrar al local puso su mano en mi pecho, todo un desafío para un borracho que anda con su trulla, mi expresión lo puso en alerta y cambiando a tono respetuoso me preguntó, Disculpe señor, “¿Conoce el ambiente?”, la pregunta era muy extraña, ¿qué ambiente podía haber en una discoteca?, lo poco que quedaba sin estar ebrio de mi cerebro reaccionó y contesté con otra pregunta,  “¿De qué ambiente tú me estás hablando?”, en el mismo tono respetuoso, Ambiente Gay señor, esta es una discoteca Gay, solo sentí como el socio me tomó por el brazo y en menos de tres segundos estábamos todos en el Cavalier, riendo y sorprendidos, algunos incrédulos, y lo más sensato que se escuchó decir al Socio fue, “ya si se acabó esta vaina, vamos cada quien para su casa”.


Fin de la noche.

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