Llegué a la casa de mi amiga la Profe y como siempre ella me recibió con esa sonrisa sincera dibujada en su regordete rostro, la noté, tenía el pelo arreglado y ropa que me pareció nueva, -Dímelo muchacho, viniste a visitar a tu gente, me preguntó, -Tu sabes que tengo poca gente aquí, de los viejos amigos, los que no están presos, algunos están muertos y otros... me interrumpió prosiguiendo,
-Viven fuera y son profesionales como tú, no veas solo lo malo.
Es verdad, te acuerdas de Franklin y de Julián, esos están muy bien, le dije para autocorregirme, antes de que empezáramos a hablar llegó un muchacho y después de un saludo tímido, le entregó a mi amiga la Profe una funda negra, que ella puso debajo de la silla plástica.
Destapamos la acostumbrada cerveza, que siempre pago, y ambos levantamos el vaso en un mecánico brindis, tomamos un trago y antes de terminar el primer vaso, llegó Tilapia y le entregó otra funda negra, la miré y tomó la cerveza para rellenar los vasos, en ese instante llegó Niño, un muchacho que se dedicar a limpiar vidrios y le entregó una funda blanca con varias cajas pequeñas dentro, eran luces de navidad, ella sonrió y me miró, al mismo tiempo que le decía a Niño, -Con estas completamos, Niño se fue sonriendo y cuando miré a mi amiga me dijo, -Es que yo estoy recibiendo los bombillitos de la gente para decorar la calle, ¡como estoy de vacaciones....!, al tiempo que con un ademan amable se encogía de hombros.
Y todos han aportado algo?, le pregunté, -Bueno, casi todos, pero como sea vamos a poner la calle bonita, algunos ayudan, otros miran y ya, pero al final lo que importa es lo que se hace con lo poco que hay.
Me sentí motivado pero no quise sentirme mezquino dejando solo dinero, así que hablé con Tilapia y Moreta, compré pintura y pintamos la casita de Don Pancho.
Imagen tomada de: https://centroleon.org.do/cl/noticias-cl/897-mi-barrio-esta-en-navidad-2005