-¡Pero bueno!, así me dijo con su característica
sonrisa sincera dibujada en su regordete rostro, tu sabes, estábamos perdidos,
le dije haciéndole saber que también noté su ausencia, es que tengo cosas
nuevas en mi vida, así me entró el año, a ver si levanto cabeza; me dijo al
mismo tiempo que sacaba la silla Plástica para acomodarnos y ponernos al día, hablamos varios temas, mientras una muchacha
en “Tubi”, nos trajo la acostumbrada cerveza. Le conté sobre mi último viaje a
las Terrenas y me dijo que nunca ha ido por esos lados, le pregunté por qué estaba perdida y así empezó su historia: - Estoy cansada de lo mismo y voy a
inventar este año con un negocio, ¿otro más? la interrumpí, si pero este es
mejor, se embroma mas pero los chelitos están seguros, me dio curiosidad y le
pedí detalles.
Mi hermana, se dejó del marido y está sola en su
casa, cuando salgo de la escuela voy a su casa y estoy haciendo una sala de
tarea, es casi la misma vaina que la escuela pero me entran unos chelitos, la mayoría
de los que van a la sala de tarea son chamaquitos de gente con cuarto. ¿ y como
es que es igual que la escuela?, seguí interrogando, si ombe, aparecen
carajitos tranquilos y otros que son el mismo diablo, pero uno los amenaza con
decirle a la mamá y se tranquilizan, aunque hay algunos que uno le va cogiendo
cariño, ¿ah sí?, le interrumpí y volví a preguntar ¿cómo así?, sí, hay algunos que a veces tú piensas que te lo
tiran allá para salir de ellos, hay uno que se llama Marcelo que jode más que
el diablo y casi le doy un pellizco para tranquilizarlo, pero me miró con su
carita y me dijo que le leyera un cuento, cerré mi boca cuando noté que se
quedó mirándome, porque francamente no
imaginaba a mi amiga la profe leyéndole un cuento a un carajito y mucho menos
jodón, no te creas casi se lo leo, me aclaró al ver mi sorpresa y entendí que
el pobre Marcelo se quedó sin cuento ese día.
Hay una niña que se llama Úrsula, que maldito
nombre para una niña, con tantos nombres modernos, dijo mi amiga, pero la mamá
es como loca, siguió diciéndome, tiene
que haberse hecho cirugías porque parece una muñeca, pero la Úrsula es gordita,
así como yo, pensé a mis adentros, Úrsula es obesa, y así hay otros cuantos más
prosiguió, Luis, que se cree el profesor y Carlitos, un pendejito que llora por
todo, me acuerda a ti, me dijo al mismo
tiempo que se reía y me tocaba el brazo casi haciéndome botar la cerveza, no me
hizo gracia pero no se lo hice saber, y otros tres más que no me acuerdo bien
los nombres uno llegó ayer hasta con chofer y dos llegaron hoy, tengo seis niños
y por cada uno me pagan bien, en dos o
tres horas gano más que en una tanda de la escuela y son menos muchachos que en
un aula, los carajitos me dicen tía, oye esa vaina, riendo nuevamente, dizque
yo tía de esos diablitos.
Sí, pero a ti como que te gusta eso, SI me
gusta, me respondió rápido, espero que haya sido con toda su sinceridad, me gusta
y no sé porque, hay momentos buenos pero voy a ver en que termina esto porque
de verdad te lo digo, si el tal Marcelo sigue jodiendo o le doy su pellizco y
que se lo lleve su mamá o que se corrija, yo enseño, pero no crio.
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