Guillermo
estaba harto de la bulla de la iglesia, pensaba que se volvería loco
y después del ultimo encontronazo con el pastor no quería ir nuevamente a
decirles que le dieran menos duro a los panderos, estaba ansioso de que si Dios
existía en verdad haga algo para que él no siguiera escuchando el nombre de Satanás
cada tres minutos por las bocinas.
Sus pensamientos eran interrumpidos por un REPRENDE A SATANAS,
REPRENDELO, intentaba ver el juego del Licey contra las Águilas Cibaeñas y
justo cuando debió escuchar ese sonido inconfundible del Home Run cuando el
bate golpea la bola, solo escuchó REPRENDE A SATANAS, REPRENDELO, y su televisor
se apagó, se fue la luz y por unos segundos dio gracias Dios, un silencio
general se apoderó del barrio, la iglesia se quedó en silencio y por alguna
razón desconocida, empezó a hacer más calor.
No pasaron treinta segundos y la planta del colmado inició con el
desconsiderado ruido para todo el barrio, exactamente a los treinta segundos más,
al mismo tiempo que Guillermo encendía su radito para seguir el juego, la voz
del pastor al igual que el ruido de la planta se escuchó fuete decir; REPRENDE
A SATANAS, REPRENDELO, ENCIENDAN LAS LAMPARAS HERMANOS, SATANAS NO NOS QUIERE CONGREGADOS, PERO NO LO LOGRARA, ENCIENDAN LAS LAMPARAS DE GAS, REPRENDE A
SATANAS, REPRENDELO.
Empezó una gran algarabía al ritmo de "Ríos de Agua Viva", los
ojos de Guillermo se encendieron en fuego del infierno y subió el radio un poco
más, Las Águilas perdían por tres y él sufría, no había abanico, la planta
sonaba en la esquina del colmado con más fuerza que hacia un rato, REPRENDE A
SATANAS, REPRENDELO, se volvió a escuchar al mismo tiempo que cerraba la última
parte de la novena entrada y su equipo seguía perdiendo. REPRENDE A SATANAS,
REPRENDELO, nuevamente, REPRENDE A SATANAS, REPRENDELO, REPRENDE A SATANAS,
REPRENDELO, REPRENDE A SATANAS, REPRENDELO, fuego, fuego, fuego, Guillermo solo
esperaba el batazo para ir a la entrada extra, REPRENDE A SATANAS, REPRENDELO,
fuego, fuego fuegoooooooooooooooooooooo, ese último fuego llamó la atención de
Guillermo y se levantó para ir a decir frente a la iglesia que no lo jodan más,
cuando se paró en la puerta de su casa con calor y harto de escuchar REPRENDE A
SATANAS, REPRENDELO, vio como el infierno salía por las puertas de la iglesia,
estaba encendida completa, y todos los hermanos fuera, gritando y buscando la manera de apagar el infierno, las lámparas de Gas, desataron a Satanás dentro de
la iglesia, Guillermo miró hacia el cielo y se sintió culpable, se dio
cuenta que cuando pides con mucha fe, cualquier cosa puede pasar.
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