Luego de tanto
tiempo por fin la única oportunidad de hacer justicia, la única oportunidad de
lavar con la sangre de un político corrupto la suciedad que nos mandó al
barrio, un policía asesino, un hospital inservible, una única escuela, en
ruinas, una iglesia a medio terminar, un destacamento de policía temerario, una
botica vacía, un club abandonado, una cancha ocupada por nadie sabe quién, una
biblioteca convertida en un local del partido, un prospero puesto de drogas, un colmaron nuevo, un taller de mecánica en frente de cada casa, mas de sesenta
bancas de apuestas y una sola farmacia, una parada de guaguas sin uso y
oscuridad total en las noches. Por fin podré lavar todo esto, este afortunado
político será el que lave los pecados de sus hermanos, las infamias y hurtos
descarados al erario, a este le tocará ver como los perros realengos que
mordieron al niño y lo contagiaron de rabia se comen sus vísceras, me hará
disfrutar del placer de leerle los titulares de los periódicos, todos
desalentadores, mientras por cada uno le propino un golpe con
cualquier objeto encontrado en la calle. Sí, le golpearé con un amortiguador de
carro, con una piedra, con una lata de pintura, con un neumático, no, mejor este
lo dejo para el final, le golpearé con un pedazo de varilla, con una rama de
árbol, con una fundida de Skimice, con un vaso plástico, con una placa vieja de
automóvil, con una batería de carro y
ah!!, ya me acordé del neumático, ese lo enciendo en su cuello pero primero lo amordazo, dicen que se sufre mas si no se grita, pero antes de
amordazarlo tengo que hacerlo confesar por los actos de corrupción que recuerde
y hacerle la falsa promesa de que vivirá,
ja, ja, ja, hasta un monje puede
ser vil por un rato o por unas horas, lo que dure la tortura.
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