jueves, 6 de febrero de 2014

Vuelta a la manzana

Mas que aburrido no quiero seguir como una estatua viva en el frente de mi casa; total, el agua apozada en el contén no me deja respirar, la bulla del radio no me deja pensar, así que mejor camino un poco y pienso que puedo hacer, mientras camino, solo miro, no pienso, camino como un autómata con el rumbo marcado por la desorientación y paso frente a la zapatería, al lado la carnicería, mas adelante dos casas al lado una en construcción, bajo la acera, la maldita loma de tierra no me deja seguir, subo otra vez y paso el colmado de la esquina, doblo a la derecha y sigo caminando, paso frente a la iglesia, más adelante una casa con un letrero, “SE ALQUILA” dice, no me importa quien vivía ni tampoco quien vendrá a vivir, sigo caminando y está la fantasía, la mercería del barrio por si no me entiendes; mas adelante una escuelita, está vacía solo funciona en la mañana, durante la tarde es el ring de pelea de la pareja que la habita, doblo a la derecha y está otro colmado en la esquina, quisiera un refresco pero no tengo dinero, sigo caminando, me quiero parar en la barbería pero le debo al barbero, camino rápido y me le escabullo, paso frente al taller de “desabolladura y pintura”, cinco pasos más y estoy frente a la ferretería, al lado la barra, ocho pasos más y está el salón de belleza, el letrero solo dice “SALON UNISEX”, sigo caminando, paso tres casas y llego al colmando de la esquina, doblo a la derecha y camino, paso frente a dos casas, veo la fritura, la tarde empieza en el barrio y con ella otra forma de vida, llego otra vez al punto de inicio, en mi manzana, la isla donde está transcurriendo mi vida, hay de todo, pero yo no encuentro nada.

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