sábado, 16 de noviembre de 2013

Será… “Un poco más tarde”


En el mismo momento en que Frances cruzaba la calle detuve el momento para atender el teléfono, era mi hermana para que me sentara a la mesa. “Nos vemos mas tarde Frances, eso pensé”. El almuerzo fue bueno, en la mesa nos reímos un poco y luego de hablar sobre todo, aproveché para retornar al punto y seguido en que me había quedado y permitirle a Frances terminar su travesía de poco menos de diez metros que duró una hora y media en completarse, cuando finalmente cruzó la calle, se sentó a conversar con Jake en “Le Café Select” de la Montparnasse, empezó a contarle lo que su intuición de mujer inteligente le decía y yo me sorprendía de que tuviera tantos detalles de la situación, aunque también pensé: “como no ha de tenerlos si ella es quién esta sufriendo en carne viva el infierno”. La conversación nuevamente fue interrumpida los por chicos que querían ver Nickelodeon. Frances, tuvo que esperar a que apareciera un mejor lugar en donde desahogar sus penas, por eso decidimos hablar mas tarde y reanudar la conversación exactamente en el mismo punto en que la dejamos, algo tan importante no podía seguir postergándose, debía ser terminado y yo quería saber que le pasaba. Frances tenía que ser escuchada por eso decidimos juntarnos mas tarde para continuar con la charla y justamente a las seis y diecisiete continuó contándome lo que había iniciado. Aparentemente el viaje a Nueva York de Robert fue lo que provocó en él ver otros horizontes y cambiar su actitud hacia ella. Jake, la escuchaba y yo los observaba, luego de contarnos sus penas, retornó y cruzó la calle nuevamente, también le dijo a Jake que no le comentara nada a Robert, que nos estaba esperando del otro lado de la calle. Cuando llegamos a donde estaba Robert, me entere que Frances, se marcharía para Londres, fue en ese mismo momento cuando tuve que pedirles que me excusaran para atender a mi esposa que me preguntaba sobre algo en una revista, luego de responderle continué con Frances, Robert y Jake, Frances terminó de desahogarse y decirle a Robert lo que sentía y pensaba, también aprovechó la ocasión para comprometerlo a que le diera mil francos mas de los mil que habían acordado para su viaje a Londres y yo tuve que postergar la conversación nuevamente para llevar a mi madre que me esperaba hacia un buen rato.

No es tan fácil leer en medio de todo mundo, creo que si me lo permiten hoy terminaré el capitulo VIII de la novela de Hemingway, “The Sun Also Rises”.

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